James McTurk, de 78 años, se declaró hoy culpable en un tribunal canadiense de abusos sexuales contra niños en Cuba así como producción y distribución de pornografía infantil.
McTurk es el primer canadiense condenado por abusos sexuales contra niños en Cuba y el sexto condenado por este delito en el país gracias a una ley que penaliza el turismo sexual de canadienses en el extranjero.
Tras reconocerse culpable de seis cargos de abusos sexuales contra niños e importación de pornografía infantil, entre otros, un juez decidirá en agosto la condena a imponer a McTurk que puede incluir la cadena perpetua.
Las autoridades canadienses empezaron a investigar a McTurk cuando este procesó unas imágenes que había tomado en Cuba en una tienda de fotografía de Toronto en las que aparecían niñas semidesnudas.
McTurk, un empleado de correos jubilado, fue arrestado en el aeropuerto de Toronto en julio de 2012 a su regreso de otro viaje a Cuba con memorias digitales que contenían pornografía infantil.
Tras su arresto, la policía canadiense descubrió más fotografías y vídeos en su vivienda.
Las imágenes revelaron que McTurk abuso sexualmente de niñas de sólo 3 años de edad.
El caso de McTurk reveló las lagunas de la legislación canadiense con respecto a pederastas.
Aunque las leyes canadienses permiten enjuiciar a personas que cometen abusos sexuales contra menores fuera del país, no impide que pederastas convictos abandonen el país para cometer delitos sexuales.
En concreto McTurk había sido condenado en otras dos ocasiones, en 1995 y 1998 por poseer pornografía infantil, lo que hizo que su nombre fuera incluido en el registro de criminales sexuales de Canadá.
A pesar de ello, McTurk viajó 31 veces a Cuba entre 2009 y 2012, señaló la fiscalía durante el juicio.