Desde Roma, Mourad R. – La retirada precipitada de la OTAN de Afganistán y el dominio total de los talibanes sobre el país han aumentado, según expertos italianos, el riesgo de terrorismo en Occidente y galvanizado toda la galaxia yihadista, especialmente la que opera en el Sahel, que promete golpear con fuerza en toda Europa para recordar a sus enemigos. Y el caos que ahora reina en Afganistán ha elevado el nivel de atención de las fuerzas del orden italianas a la seguridad interna.
Para la inteligencia italiana, la situación se describe como "evolutiva e impredecible" y la alerta siempre debe permanecer alta.
Porque este regreso de los talibanes, consecuencia de la retirada occidental en el desastre, revela escenarios de alerta tomados muy en serio en Roma, que teme que las filas yihadistas reaviven lobos solitarios y células durmientes, incluso entre ciudadanos europeos de segunda y tercera generación.
"La ocupación de Kabul se ha caracterizado en gran medida por la propaganda yihadista, y esto en sí mismo constituye un peligro porque puede afectar los procesos de radicalización violenta incluso en temas que no están relacionados con contextos organizados", dijo la ministra del Interior, Luciana Lamorgese.
Es por ello que, dijo, se ha incrementado la atención, activando un mayor intercambio de información a nivel internacional, dirigido a todos los círculos potencialmente sensibles a los llamados de una organización terrorista.
Con este fin, la inteligencia italiana, a través de la voz de su coordinador general Franco Gabrielli, no pierde ninguna oportunidad de expresar su fuerte preocupación por el giro dado por el escenario afgano y dice que ha establecido herramientas de enfoque específicas: fortalecer la cooperación contra el terrorismo, luchar contra la migración irregular y las redes de tráfico, cooperar con los países de la región donde se acogen los refugiados afganos y con muchas otras iniciativas a este respecto.
Por su parte, el jefe de la Policía, Lamberto Giannini, es mucho más explícito: "La amenaza es real, indistinta y ciega, y el policía es un objetivo y después de lo sucedido en Afganistán, la amenaza terrorista de una matriz radical-religiosa parece inminente y concreta".
Finalmente, la reciente eliminación del número uno de Daesh en el Gran Sahara, Adnan Abu Walid Al-Sahraoui, es probable que alarme a la inteligencia europea, ya en alerta.