LOS PIBES EN PELIGRO CUANDO LA POLITICA PRIORIZA DEL NEGOCIO EMPRESARIAL

LOS PIBES EN PELIGRO CUANDO LA POLITICA PRIORIZA DEL NEGOCIO EMPRESARIAL

 

La Doctrina Social de la Iglesia nos recuerda que el bien común debe prevalecer sobre los intereses particulares, y que la conducción política tiene la responsabilidad primordial de proteger a los más vulnerables, entre ellos, los jóvenes. Sin embargo, iniciativas como las propuestas por el Diputado Guillermo Castello y su bloque libertario, que buscan desregular la actividad nocturna y eliminar restricciones sobre el expendio de alcohol en la provincia de los bonaerenses, representan un claro ejemplo de cómo la política puede darle la espalda a los que más lo necesitan.

 

Castello, nacido en Mar del Plata y conocido por su constante migración partidaria y geográfica (estuvo en RECREAR, Coalición Cívica y ahora en LLA, fue diputado por la Quinta Sección y ahora por la Sexta Sección Electoral), hoy se encuentra promoviendo una agenda que prioriza la "libertad individual" por sobre la seguridad y el desarrollo integral de la comunidad bonaerense. Su proyecto de desregular la "noche bonaerense" pretende derogar normativas esenciales como el Registro Provincial para la Comercialización de Bebidas Alcohólicas (REBA) y las limitaciones en el horario de venta y consumo de alcohol. Este tipo de propuestas ignoran las graves consecuencias sociales que podrían derivarse de tales medidas en las condiciones actuales en que se encuentra nuestra provincia.

 

Los pibes, abandonados a su suerte

 

En un contexto de creciente desigualdad y violencia, este tipo de políticas profundizan la situación de indefensión en que se encuentran los jóvenes de la provincia. La eliminación de normativas que regulan el consumo de alcohol y la actividad nocturna no solo pone en riesgo su salud, sino que también los expone a ambientes inseguros y propensos a la explotación. Como bien enseña la Doctrina Social de la Iglesia, "la economía y la política deben estar al servicio de las personas, especialmente de los más débiles".

 

El diputado Castello califica estas normativas como "autoritarias" y "absurdas", pero parece olvidar que la regulación no es un capricho, sino una herramienta para garantizar la seguridad y el orden. La prohibición de concursos relacionados con el consumo de alcohol en bares y boliches, por ejemplo, no es una medida arbitraria, sino un esfuerzo por reducir los riesgos asociados al consumo excesivo, como los accidentes de tránsito, la droga, la violencia y las muertes evitables.

 

Un proyecto que prioriza las ganancias

 

La postura de Castello y sus aliados refleja un preocupante enfoque en el lucro empresarial por encima del bien común. Al eliminar restricciones, se busca beneficiar a ciertos sectores económicos a costa de la salud y seguridad de nuestros hijos. ¿Qué sucede con los pibes que, sin regulaciones claras, quedarán expuestos a un acceso más fácil al alcohol y a ambientes inseguros?

 

La Doctrina Social de la Iglesia enseña que la economía debe ser una herramienta para el desarrollo integral de las personas, no un medio para maximizar las ganancias de unos pocos. Este proyecto, disfrazado en el concepto de "más libertad", es un claro retroceso en la construcción de una comunidad más justa y solidaria.

 

La importancia de la regulación responsable

 

Las normativas que Castello busca eliminar no son perfectas, pero cumplen un rol fundamental en la protección de los derechos de la población, en especial de los menores de edad. Desregular por completo la actividad nocturna y el expendio de alcohol abre la puerta a un descontrol que perjudicará principalmente a quienes menos recursos tienen para defenderse.

 

Es imperativo recordar que la libertad individual, lejos de ser absoluta, está siempre condicionada por el bien común. Como enseñó Juan Pablo II en Centesimus Annus, "una verdadera democracia sólo es posible en un Estado de derecho y sobre la base de una correcta concepción de la persona humana".

 

Conclusión

 

Los jóvenes no son una mercancía, ni su futuro debe ser puesto en peligro para satisfacer las demandas de sectores económicos. La propuesta de Guillermo Castello no solo es un ataque a la regulación necesaria para proteger a los más vulnerables, sino también una traición a los valores que deben guiar la acción política: la justicia, la solidaridad y el compromiso con el bien común.

 

Es hora de que las políticas pongan a los pibes en el centro, no a las ganancias. La provincia de Buenos Ayres necesita regulaciones responsables que protejan a sus jóvenes, no proyectos que los abandonen a su suerte en una "noche libre" que promete ser tan oscura como la desprotección que genera.

 

Señores legisladores, en la provincia de Buenos Ayres los únicos privilegiados deben ser siempre nuestros pibes...y udes. les están quitando su futuro.

 

Luis Gotte 

la trinchera bonaerense

Para titularesnoticias.com.ar 

Redacción 2213607735

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