Con un último gancho, Fury se retira por la puerta grande
Un gancho inesperado y KO. Tyson Fury fulminó a Dillian Whyte el sábado en Londres para conservar su imbatibilidad y su cinturón del peso pesado del Consejo Mundial de Boxeo (WBC por sus siglas en inglés), por KO en el sexto asalto, al término de un combate presentado como el último de la carrera del 'Gipsy King'.
Gran favorito del combate, Fury de 33 años, repitió estas últimas semanas que se retiraría después de este combate. Pero, como a menudo, las afirmaciones del británico, un personaje tan excéntrico como enigmático, tienen que ser tomadas con pinzas.
Pase lo que pase, este sábado el gigante de 2,06 metros de altura, electrizó a los más de 90.000 espectadores de Wembley, y aumenta su racha de imbatibilidad a los 33 combates (un nulo).
El templo del fútbol inglés se convirtió en el teatro de un gran momento del boxeo, el primer combate de Fury en su país desde 2018, y también el primero desde los tres combates contra el estadounidense Deontay Wilder, trilogía que se recordará como una de las más bellas páginas de la historia del noble arte.
Relajado como es costumbre, Tyson Fury entró al ring puntual, en un ambiente similar al de una discoteca.
Después de una sesión de pesaje sorprendentemente festiva entre los dos adversarios el día anterior, Fury subió al ring iluminado por miles de teléfonos móviles y bajo los acordes de 'American Pie', canción mítica asociada a su figura.
- Despedida -
Enfrente, Dillian Whyte, de 34 años y antiguo compañero de espárring de Fury, que entró con solidez al combate. Pero al británico de origen jamaicano, salvado de la delincuencia gracias al boxeo y que también practicó kickboxing y artes marciales mixtas, le costó tener soltura a medida que avanzaban los asaltos.
Fury fue cansando progresivamente a su rival, con un boxeo más inteligente que explosivo. Pero finalmente, un gancho potentísimo, hizo tambalear a Whyte en el final del sexto asalto.
A pesar de haber logrado levantarse titubeante, Whyte acabó en los brazos del árbitro, que puso fin al combate.
Superestrella del boxeo, que ha pasado por fases muy oscuras entre la depresión, los pensamientos suicidas y la suspensión por dopaje, Fury estima que no le queda nada por probar y que este combate era el último.
Su plan ahora es "estar en la playa, beber piñas coladas, conducir Ferraris y vivir en un barco", todo eso gracias a los cerca de 150 millones de dólares que afirma tener en el banco.
Pero a los seguidores del boxeo les cuesta creer que el 'Rey de los gitanos' pueda abandonar definitivamente los rings sin enfrentarse a Anthony Joshua o al ucraniano Oleksandr Usy para lograr la unificación de todos los cinturones mundiales.
Un video con la retrospectiva de los momentos más destacados de su carrera se difundió en las pantallas del estadio justo antes de su entrada, lo que junto a sus declaraciones, tiene aire de despedida.
"Le debía al público inglés un combate en Wembley. Ahora ya esta hecho. Creo que el telón se ha cerrado para el Gipsy King, y ¡qué manera de partir", concluyó.