Millones de uigures han sido detenidos en los últimos años y sometidos a trabajos forzados por el régimen chino.
Pese a la gran cantidad de denuncias por parte de la comunidad internacional y de organizaciones humanitarias, el régimen chino continúa expandiendo su extensa red de campos de concentración en la región de Xinjiang, ubicada al noroeste del país. Allí, la minoría musulmana uigur es sometida a trabajos forzosos y es víctima de sistemáticas violaciones a los derechos humanos.
Según datos aportados por una investigación de BuzzFeed News, las prisiones del régimen tienen espacio suficiente para detener a más de un millón de personas al mismo tiempo. Específicamente, a 1.014.883 en todo Xinjiang. Eso es espacio suficiente para encarcelar simultáneamente a más de 1 de cada 25 residentes esa región china, lo que representa una cifra siete veces mayor a la capacidad de detención penal de Estados Unidos, el país con la mayor tasa oficial de encarcelamiento del mundo.
Esa estimación está en línea con los datos aportados por investigadores, organizaciones humanitarias, e incluso la ONU. Un análisis de 2018 del académico Adrian Zenz que se realizó a partir de una base de datos filtrada de números de detenidos para el 65% de los condados de Xinjiang indicaba un millón de detenidos. Chinese Human Rights Defenders, en tanto, publicó una estimación similar ese año, basada en entrevistas con exiliados uigures.
Ese mismo año un comité de la ONU hizo una estimación similar citando “informes creíbles”, mientras que el Departamento de Estado norteamericano señaló una semana después que China podría estar deteniendo a “millones” de musulmanes en Xinjiang.
Sin embargo, las estimaciones respecto a las cifras reales de minorías detenidas por las autoridades chinas van más allá de ese balance. El medio norteamericano aclara que en ese número no se tiene en cuenta “el sofocante hacinamiento que muchos ex detenidos de Xinjiang han descrito en entrevistas”. Además, el Gobierno chino siguió ampliando su vasta red de campos de concentración durante el último tiempo. Actualmente se está construyendo un nuevo complejo de detención, y en cuatro de los ya existentes se están añadiendo nuevos edificios, lo que permite poner aún más personas entre rejas.
Asimismo, el estudio, para el que se utilizaron imágenes satelitales, documentos y testimonios, incluye los recintos construidos desde 2016. Hasta el pasado mes de agosto, fueron identificadas 268 instalaciones. Esta investigación incluye esas y otras 79 descubiertas por BuzzFeed News y otras organizaciones; no están incluidos los más de 100 campos de concentración que se construyeron antes de 2016 y que probablemente siguen funcionando.
Estos factores elevarían aún más la estimación de más de un millón de detenidos de forma simultánea.
Las conclusiones de este estudio reflejan lo que los investigadores, los funcionarios de la ONU, gobiernos occidentales y activistas humanitarios vienen sosteniendo desde hace tiempo: “La campaña de detención de China en Xinjiang es la mayor dirigida contra una minoría religiosa desde los campos nazis de la Segunda Guerra Mundial”.
A medida que crecen las denuncias, el régimen de Xi Jinping sostiene que se trata de “centros de educación y formación profesional” diseñados para “erradicar los pensamientos extremistas”. En 2018, un alto funcionario del Gobierno de Xinjiang indicó que los campos de concentración están destinados a “deshacerse del ambiente y el suelo que engendra el terrorismo y el extremismo religioso, y a detener las actividades terroristas violentas”.